Día internacional del detenido desaparecido
Incompetencia deliberada del Estado para investigar y responder a la grave
situación de la desaparición de personas en México
Hoy, en el día internacional del detenido desaparecido este Centro de Derechos
Humanos señala que los crímenes de lesa humanidad no deben quedar en impunidad. Es
necesario que se conozca el paradero de las víctimas, se esclarezcan los hechos, se
encuentre a los responsables, se tomen medidas de no repetición, se reparen los daños y
se haga justicia. Familiares y sociedad tienen derecho a conocer la verdad de lo ocurrido,
así como las razones y circunstancias en que fueron cometidas las violaciones a
derechos humanos.
Según documentación, con la que cuenta este Centro de Derecho Humanos, la
desaparición forzada en Chiapas obedece a cortar la expansión del proceso organizativo
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y al mismo tiempo es parte de un
diseño estratégico a nivel continental que contempla un Estado militarizado y
paramilitarizado, que interviene para mantener un sistema político y económico
establecido. A través de una estrategia de contrainsurgencia, con la utilización de un
aparato represivo que busca infundir pánico en la población, para neutralizar procesos
alternativos al sistema neoliberal y su solidaridad.
En este contexto, recordamos a Minerva Guadalupe Pérez Torres, así como a Mateo
Arcos Guzmán, entre otras personas desaparecidas en el municipio de Tila, por el grupo
paramilitar Paz y Justicia, Caso 12.901 Rogelio Jiménez López y otros, así como la
desaparición en el municipio de Sabanilla de Antonio González Méndez, Caso 12.322. Los
cuales han sido admitidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Cabe mencionar que esta acción de desaparición forzada no ha cesado, ya que en
noviembre de 2006, fueron desaparecidos Mariano Pérez Guzmán y Juan Antonio Peñate
López, en una agresión violenta, en la comunidad Viejo Velasco, municipio de Ocosingo,
por estos hechos resultaron seis personas muertas y 36 personas desplazadas internas
forzadamente. El último caso de desaparición forzada que tenemos registrado se dió en
contra de Alonso López Luna, el 4 de diciembre de 2011, en la comunidad de Banavil, del
municipio de Tenejapa.
Ante los hechos de desaparición forzada en Chiapas, el gobierno mexicano sigue sin
reconocer su involucramiento en esos acontecimientos, a pesar de la existencia de
informes y manuales que diseñan su actuación en planes de contrainsurgencia, donde su
objetivo es detener el reclamo de derechos y legítimas demandas de los pueblos. En este
contexto, las desapariciones forzadas en Chiapas son una de las formas de control social.
Aunado a estos sucesos, está la situación de emergencia nacional por las desapariciones
forzadas en el marco del crimen organizado y la intervención de las Fuerzas Armadas. El
gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) oculta y administra la crisis de las
instituciones del gobierno mexicano, responsable por su falta de de investigación de los
hechos.
Frente a este sistema sellado por una impunidad institucionalizada, que encubre los
crímenes de lesa humanidad y las violaciones a los derechos humanos, los pueblos
indígenas y organizaciones civiles como las Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos
en Coahuila (FUNDEC) y las Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos en México
(FUNDEM) mantienen viva la memoria, de manera digna, para fortalecer lazos, unidad y
conciencia de lucha, verdad y justicia.
El Centro de Derechos Humanos reitera su solidaridad y compromiso con todas las
víctimas de desaparición forzada y apoya los esfuerzos de los familiares de personas
desaparecidas que realizan acciones para encontrarlos y honrar la memoria de mujeres y
hombres que nos siguen faltando.
http://www.frayba.org.mx/archivo/boletines/130830_boletin_desaparecidos.pdf
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos,
a pesar de los golpes
que asestó en nuestras vidas
el ingenio del odio
desterrando al olvido
a nuestros seres queridos.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
que nos digan adónde
han escondido las flores
que aromaron las calles
persiguiendo un destino
¿Dónde, dónde se han ido?
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
que nos den la esperanza
de saber que es posible
que el jardín se ilumine
con las risas y el canto
de los que amamos tanto.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
todavía soñamos, todavía esperamos;
por un día distinto
sin apremios ni ayuno
sin temor y sin llanto,
porque vuelvan al nido
nuestros seres queridos.
Todavía cantamos, todavía pedimos,
Todavía soñamos, todavía esperamos...
